En los torneos de póker siempre hay rivales que se toman demasiado tiempo para cada jugada. A veces esta práctica puede tener sentido, como ocurre en los satélites, donde sobrevivir un par de manos más puede significar conseguir el ansiado asiento. Sin embargo, hay jugadores que exageran con las demoras incluso en torneos regulares, y lo peor es que lo hacen en momentos donde esa estrategia no les aporta ningún beneficio real.
Un ejemplo muy común se da cuando alguien con pocas fichas empieza a estancarse mucho antes de la burbuja. A simple vista resulta claro que no logrará llegar al dinero con esa táctica, porque su stack se reduce cada vuelta con las ciegas. En lugar de buscar una oportunidad para doblarse, terminan regalando sus fichas de manera pasiva. Este tipo de conducta no solo retrasa el ritmo de la mesa, sino que también afecta la experiencia de los demás jugadores.
La primera herramienta que tienes a tu alcance en el póker en vivo es pedir el reloj. Es un derecho de todos y puede marcar la diferencia, acelera el juego, genera presión y, en muchos casos, obliga al rival a actuar de forma apresurada. Recordemos que jugadores como William Kassouf ya sufrieron las consecuencias de abusar del tiempo, quedando eliminados en instancias clave.
Más allá del reloj, la estrategia más efectiva es atacar constantemente a estos rivales. Si un jugador demora sin sentido, lo más probable es que también sea muy conservador en su estilo de juego. Esto abre la puerta para robarle ciegas y presionarlo hasta hacerlo cometer errores. Es importante mantener la agresividad controlada y no darles espacio para que se recuperen.
Por último, mantén la calma y no te dejes contagiar por su ritmo lento. Muchos de estos jugadores, después de tanto demorar, terminan perdiendo la paciencia y entregando sus fichas con manos mediocres. Si tú conservas la disciplina y la concentración, transformarás esa aparente molestia en una ventaja que te permitirá avanzar más sólido en el torneo.
