Amancio Ortega, el cerebro detrás del gigante Zara, no nació entre lujos. Su vida, que comenzó en un pequeño pueblo de España en 1936, estuvo marcada por la escasez. Un día, a sus 12 años, la vergüenza de ver a su madre sin poder fiar comida en una tienda lo destrozó, impulsándolo a dejar la escuela para empezar a trabajar. Su primer contacto con el mundo textil fue en una mercería, donde no solo aprendió el oficio, sino que conoció a su futura esposa y socia, Rosalía Mera. Juntos, desde casa y con una cooperativa familiar, dieron vida a GOA, su primer negocio de batas acolchadas.
Pero Ortega no se conformaba con fabricar para otros. Su gran frustración era la falta de contacto con el cliente final. Quería entender sus gustos, controlar la presentación de sus productos y tener una experiencia de compra integral. Por eso, en 1975, tomó una decisión audaz: abrió su primera tienda propia en La Coruña, que, tras un pequeño conflicto de nombres, se convirtió en Zara. Este fue el verdadero punto de inflexión. Con Zara, Ortega implementó un modelo revolucionario: ediciones limitadas, rotación rápida de prendas y una estética directa. Entendió que la proximidad con el consumidor y el control total de la cadena eran la clave para el éxito.
Su visión no paró ahí. En 1985, fundó Inditex, un holding que integraría desde la fabricación de telas hasta la logística, permitiéndole una agilidad sin precedentes para lanzar una prenda en menos de dos semanas. Este modelo le abrió las puertas a la expansión internacional, llevando Zara a Oporto, Nueva York, París y otras capitales. Luego, diversificó con nuevas marcas como Pull & Bear y Massimo Dutti, para alcanzar a diferentes públicos sin competir con su marca estrella. En 2001, Inditex salió a la bolsa, consolidando a Ortega como el hombre más rico de España y, eventualmente, uno de los más acaudalados del mundo.
Aunque se retiró de la presidencia ejecutiva en 2011, Amancio Ortega, fiel a su estilo sencillo, nunca se desvinculó. Continuó invirtiendo a través de su sociedad Pontegadea en sectores como energía e inmuebles, siempre con su filosofía de control y estrategia. Hoy, Inditex es una potencia global con más de 7,000 tiendas y 170,000 empleados. A sus 85 años, Ortega sigue visitando las oficinas de Inditex y conversando con sus empleados. En 2025, Forbes lo ubicó en el puesto número nueve entre las personas más ricas del mundo, con una fortuna de 120 mil millones de dólares. Su historia es un poderoso recordatorio de que la visión, la perseverancia y el deseo de superar los obstáculos pueden transformar los comienzos más humildes en un éxito extraordinario.