Elon Musk ha despedido a Omead Afshar, el jefe de operaciones de Tesla para Norteamérica y Europa, en medio de una preocupante caída de ventas y la disminución de la popularidad de la marca de vehículos eléctricos en ambas regiones. Afshar, quien se unió a Tesla en 2011 y era considerado uno de los «solucionadores de problemas» y lugartenientes clave de Musk, había sido ascendido a vicepresidente en octubre pasado para supervisar estos mercados cruciales. Ni él, ni Musk, ni Tesla han emitido comentarios al respecto.
Este despido ocurre pocos días antes del cierre del segundo trimestre y coincide con una baja constante en las ventas de Tesla en Europa por quinto mes consecutivo. Las ventas en EE. UU. también han disminuido este año, y en China, su mercado principal, se registró una caída del 15% en mayo. Los analistas anticipan un descenso global de al menos el 10% en las entregas de vehículos eléctricos de Tesla para el trimestre que finaliza el 30 de junio. Todo esto, mientras la estrecha relación de Musk con Donald Trump y su apoyo financiero al expresidente han generado un impacto negativo en la imagen de la marca, especialmente tras su participación en la iniciativa federal «DOGE».
Tesla necesita urgentemente renovar su línea de productos, sobre todo después de que la esperada Cybertruck no alcanzara las metas de volumen fijadas por Musk, y de encontrar cómo competir con los gigantes chinos en ascenso. Sin embargo, en lugar de lanzar nuevos modelos eléctricos para impulsar las ventas tradicionales, el hombre más rico del mundo ha intentado convencer a los inversores de que el futuro de Tesla reside en un nuevo servicio de robotaxis, robots humanoides e inteligencia artificial. Un giro arriesgado, considerando que casi la totalidad de los ingresos de Tesla provienen de coches eléctricos, baterías y servicios de carga. El servicio piloto de robotaxis en Austin, lanzado el 22 de junio, ya ha generado reportes de comportamiento errático por parte de los vehículos de prueba, lo que llevó a la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras a revisar los incidentes con la compañía.
Este panorama incierto ha impactado las acciones de Tesla, que cayeron un 3.8% y acumulan una baja del 19% en lo que va del año.